Entrevista a Júlia Prunés, escritora y educadora emocional

Júlia Prunés es una escritora y educadora emocional terrassense inquieta, activa, polifacética, creativa, madre de tres hijos y aparentemente feliz. Desde hace 7 años es la encargada de escribir los seis cuentos del Concurso BBVA de Dibujo Escolar que organiza la Fundació Antigues Caixes Catalanes con el apoyo de BBVA, y que se dirige a todas las escuelas públicas, privadas y de educación especial de Cataluña.

Aún en proceso, no ha visto los dibujos ganadores que ilustrarán el nuevo libro de la colección, pero seguro estará contenta de ver cómo sus historias toman forma a través de la imaginación de los niños.

 

“La felicidad es mucho más que un sentimiento. Es un estado emocional

que va más allá de la alegría y que depende mucho de cómo vivimos la vida”

 

Aparte de escribir, has hecho y haces un montón de cosas: canciones, talleres, charlas, formaciones… ¿Hay alguna que te guste más que las demás?

Supongo que lo de escribir me viene de muy pequeña, que me encantaba leer e inventarme historias. Recuerdo que en la escuela siempre participaba en los juegos florales con escritos e ilustraciones. Nunca he dejado de escribir.

Estudié enfermería porque quería trabajar para las personas, me gusta cuidar. Y siempre me ha llamado mucho la atención todo lo que tiene que ver con los niños, las familias y la educación. Hice de monitora de esparcimiento varios años y con mi marido fundamos la Asociación por el juego en el ocio, el Dau, con un servicio de ludoteca y actividades extraescolares para las escuelas de Terrassa.

Un día descubrí la educación emocional y la cultura de la mediación; buscando la forma de acercarlas a los niños y sus familias, nació Berta, la protagonista de mis primeros cuentos que se publicaron y que me abrieron las puertas a todo lo que hago ahora: talleres, formación, charlas y crear material didáctico de educación emocional.

Todo me gusta mucho… pero, si tuviera que escoger, me quedaría con los talleres para niños y adolescentes y escribir. Es lo que disfruto más haciendo y siento que es con lo que aprendo más.

 

Siempre dices que uno de tus propósitos en la vida es ser feliz y hacer feliz, y que en la educación emocional has encontrado cómo. ¡Suponemos que es porque te hace feliz dedicarte! ¿De qué crees que depende de que tengamos o no ese sentimiento?

Para mí la felicidad es mucho más que un sentimiento. Es un estado emocional que va más allá de la alegría y que depende mucho de cómo vivimos la vida y entendemos todo lo que pasa. Me es difícil contarla con palabras, yo puedo sentirme triste o enfadada y ser feliz a la vez. Es como una lucecita dentro de mí que siempre está encendida. A veces, cuando las cosas se complican, cuesta más encontrarla porque su luz es muy tenue, pero si me detengo y la busco… es justo aquí, donde tengo el corazón, conecto y su calor me reconforta . Y cuando me pasan cosas bonitas, cuando quiero o me siento amada, brilla tan fuerte que me llena de energía y entonces, la comparto con todo el mundo.

A mí me ayuda vivirla con una mirada apreciativa, que a la vez me ayuda a dar valor a las fortalezas de todos, empezando por las mías, en todo lo que podemos hacer para mejorar el mundo y nuestras vidas, sentirme útil y conectada con el presente desde el agradecimiento y la sorpresa. Claro que hay días que me cuesta más que otros… ¡pero voy aprendiendo!

 

Llevas 7 años escribiendo los cuentos del Concurso BBVA de Dibujo Escolar que leen niños de todas las escuelas de Cataluña, y a partir de los cuales realizan sus dibujos.

En los primeros años trataban de valores sobre la vida, la convivencia, el crecimiento personal y colectivo. Y ahora desde la Fundación y con nuestro colaborador BBVA te pedimos que cuentes historias para sensibilizar sobre la importancia de cuidar el planeta.

¿Cómo surgen las historias que cuentas? ¿Qué te resulta más complicado a la hora de escribir y al mismo tiempo más gratificante?

¡Siete ediciones y cuarenta y dos cuentos! ¡Cuarenta y cuatro si contamos los de Navidad! ¿Muchos, verdad? Todavía me sorprende cómo llegan cada uno de los cuentos que escribo. Algunos aparecen un día en mi cabeza como si fueran un recuerdo y sólo tengo que encontrar las palabras para contarlo, otros comienzan a partir de una imagen o de un personaje y sólo tengo que ir estirando el hilo de que su historia se va tejiendo palabra por palabra…

Antes de empezar, hago un esquema de los temas que me gustaría tratar y las ideas que me gustaría transmitir… y a medida que voy escribiendo, algunas toman forma, otras quedan en el cajón y siempre aparece alguna nueva que se abre paso por sí sola y se cuela en alguna de las historias.

Lo complicado es esperar a que surja la primera frase… estado «pantalla en blanco» como le llamo yo, a veces puede durar un par de días. Lo gratificante es que mientras escribo es como si me encontrara dentro, convivo con los personajes, me paseo por diferentes paisajes… ¡y voy creando mundos paralelos en los que me traslado mientras escribo, y es fantástico! ¡Me encanta esta sensación! Eso sí, la última frase cierra el portal, y el viaje pasa a ser un recuerdo precioso.

¡Lo más mágico es el día de la entrega de premios, cuando descubro cómo «ven» mis cuentos los niños que han participado en el concurso! ¡No hay palabras para describirlo! Me siento tan agradecida… muchas gracias por confiarme ese honor, ¡de verdad!

 

Eres la creadora del Programa Empâtik, cuyo objetivo es el entrenamiento de la empatía. ¿Qué importante es la empatía en nuestras relaciones? ¿Cómo se entrena?

Berta, con su cuento de las gafas de visión empática, me descubrió lo importante que es la empatía para relacionarnos con los demás. Está en la base de la solidaridad y de los cuidados, la clave de la amistad y de la buena convivencia. ¡Y hay que «entrenarla» todos los días y a lo largo de toda la vida! Por eso, con todo lo que he ido investigando y aprendiendo todos estos años, he creado un Programa de educación Socioemocional enfocado en el entrenamiento de la empatía, implicando las diferentes competencias emocionales que la hacen posible: la conciencia y la regulación emocionales, la escucha activa y otras habilidades sociales, la autoestima y la autonomía emocional…

Puede aplicarse a todas las edades y sigue cinco pasos muy sencillos: observar, escuchar, pensar, sentir y actuar.

Soy una persona muy creativa así que he empezado a crear juegos y recursos didácticos para entrenar jugando, por ejemplo: la Rumba de la empatía, que ya suena en internet, y las cartas de entrenamiento, que acaban de salir de imprenta!

 

¿Te queda algo más por hacer?

¡Seguro que sí! ¡Espero que me queden muchas por hacer y por escribir! No me sé imaginar la vida de otra forma, yo…

 

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