Entrevistamos a la Associació Cultural La Sardina, guanadores del 1er Premio CoronaCultura

La Associació Cultural La Sardina nació en marzo de 2020, en pleno confinamiento, con el objetivo de poner en valor la música y sus profesionales y velar para promover la interacción entre artistas, actores de la industria musical y su público y crear formatos de encuentro en pequeño formato.

El proyecto, que ha sido ganador del 1er Premio CoronaCultura, consistió en la realización de videollamadas de pago por un precio simbólico de 5 euros en grupos reducidos de 30 personas con músicos durante 45 minutos, con el objetivo de apoyar a los artistas y que pudieran seguir actuando. Durante las videollamadas el público podía interactuar con los artistas y hacer preguntas.

Entrevistamos a Maria Domingo, miembro de la Asociación.

 

1. ¿Cómo surgió la idea de crear el proyecto La Sardina Music?

Las primeras semanas del confinamiento, en el mes de marzo, todo se detuvo y el público y los artistas nos volcamos en las redes sociales como canal cultural y de entretenimiento.

Los músicos se encontraron con cancelaciones de giras y conciertos pero parecía que tenían que conectarse a los directos de las redes sociales. Lo que vimos sin embargo, es que tanto para el artista como para el público se convertía en una comunicación fría y unidireccional y, tal como estábamos, teníamos ganas de todo lo contrario. Por otra parte nos estábamos acostumbrando a no pagar ni valorar el trabajo del músico y del equipo que hay detrás.

Ana, Arnau, Julen y yo, Maria, estábamos iniciando la temporada de trabajar en el festival de música donde nos conocimos y de repente, pasamos de encontrarnos a la hora de comer, a teletrabajar desde de casa hasta dejar el trabajo por cancelación del festival.

Ante la situación, teníamos ganas de ayudar a la industria musical, los artistas y los profesionales de los sellos y equipo de management, aunque fuera con una aportación simbólica.

¡Soy amante del drive y de los excels compartidos! Hemos estado trabajando mucho en equipo. El contacto con los sellos y artistas, y las pruebas de sonido las hacíamos entre todos, pero sí para el resto teníamos unos roles más marcados. Julen y Anna llevaban la logística y contacto con el público y la plataforma zoom, Arnau diseño, web y tesorería, y yo la comunicación general, prensa y redes sociales.

 

2. ¿Fue un proceso fácil? ¿Por qué  constituistéis una Asociación y había que poner la tecnología al alcance de los músicos y del público en general?

Estuvimos unas dos semanas con los trámites de la creación de la asociación cultural sin ánimo de lucro porque creímos que era la idea que concordaba con los valores que compartíamos y la mejor opción para el proyecto. Entre llamadas, gestoría, burocracia de la Generalitat y Hacienda lo terminamos consiguiendo. Lo teníamos todo preparado pero no podíamos comenzar hasta que no tuviéramos el NIF, que no llegaba y se nos hizo eterno.

Finalmente el lunes 11 de mayo a las 9 de la mañana recibí un SMS con el NIF. Ese día lo anunciamos por redes, el miércoles lo comunicamos a prensa y el jueves 14 de mayo ya tuvimos la primera lata (videollamada) con Ferran Palau donde se agotaron las entradas. ¡Fue muy rápido y teníamos muchas ganas!

 

3. ¿Qué ha supuesto recibir el primer premio de los Premios CoronaCultura? ¿Continuaréis impulsando este proyecto? ¿Tenéis previsto llevar a cabo otros que pongan en valor la tarea de los profesionales y la relación con el público?

¡Este premio ha sido muy fuerte! Nos ha dado confianza y nos ha ayudado a creernos que los proyectos culturales transformadores que soñamos son posibles; valor, el ver que los profesionales del sector de la cultura que admiramos te valoran; reconocimiento, que te feliciten y que te premien por proyectos que has trabajado durante meses por amor al arte; y sobre todo nos ha dado mucha motivación.

Tenemos muchas ganas de seguir con La Sardina, que esperamos que sea de forma presencial, con la misma idea, pero diferente. Apostamos por el pequeño formato, dar valor a los artistas y profesionales, interactuar y jugar. Este es el juego de La Sardina.