Entrevista a Projecte Ingenu. Ganadores del Premio BBVA de Teatro 2021 con Vaig ser Pròsper

“Trascendemos la palabra e incorporamos movimientos y cantos rituales y corales. Hagamos un tipo de teatro poco compatible con premios”

La última obra galardonada con el 21º Premi BBVA de Teatre al Millor Espectacle Teatral, Vaig ser pròsper de la Cia. Ingenu, está finalizando la gira del Premio por varios teatros de Cataluña. Una creación original a partir de La Tormenta de W. Shakespeare, dirigida por Marc Chornet, y que trata de un hombre viejo que en otro tiempo fue próspero y de una casa que en otra época fue esplendorosa. De una hija y de unos escombros de memoria para desenterrar.

El Premio está promovido por la Fundació Antigues Caixes Catalanes, con el apoyo de BBVA, y consiste en una gira por cinco teatros de Cataluña, incluyendo el Festival Temporada Alta. Su objetivo es apoyar las creaciones teatrales, incentivar la creatividad y el oficio teatral, y velar por la difusión de los espectáculos ganadores.

 

¿Cómo surge la idea de crear Projecte Ingenu, una innovadora forma de construir atmósferas escénicas a través del canto, el cuerpo y la tecnología?

Terminamos el Institut del Teatre en mitad de la crisis económica, que empezó en el 2008 y que quizás aún no ha terminado. Sentíamos la necesidad de encontrar un camino artístico propio y, sobre todo, una metodología, una forma particular de relacionarnos con el sector. Así apareció la variable del tiempo. En primer lugar, tiempo de ensayo, el tiempo para plantear procesos de investigación largos. De ahí la palabra slowtheatre. En segundo lugar, el tiempo como materia prima escénica, de ahí nació la búsqueda de instantes sostenidos, de escenas que se transforman en atmósferas con capacidad de manipular la percepción del tiempo en el espectador. Y esto, normalmente, lo hemos logrado trascendiendo la palabra e incorporando movimientos y cantos rituales y corales.

 

Vaig ser pròsper es una muestra clara de que el teatro no siempre debe expresarse con palabras. ¿Cómo conseguir, a partir del texto de La Tormenta, de Shakespeare, hacer espectáculos innovadores como los que hagáis?

En el fondo, el resto de espectáculos que han ido formando nuestro repertorio se han construido de manera similar: descubrimos un “Hamlet” que utilizaba una videocámara para volcar los pensamientos, una “Yerma” que utilizaba el predictor para saber si estaba embarazada, un “Romeo y Julieta” donde el amor romántico y las convenciones de género no tenían cabida, un “InFaust” que descubría Mefistófilo por internet, una “Mujer Pantera” que era una auténtica Doña Juan, unas “Bodas de Sangre” contadas a través de un álbum de fotos familiar y una “Ruta de la Palta” que era una roadmovie sonora. El dia que va morir l’últim panda, nuestro último espectáculo, es un museo en el que visitar la propia extinción de nuestra especie.

 

En la obra el público se coloca a dos bandas del espectáculo, teniendo percepciones diversas de lo expresado. ¿Qué papel juega el espectador en sus espectáculos?

El espectador es libre de mirar dónde quiera y construir sus propias narrativas. Esto lo conseguimos trabajando una superposición de signos, un multi foco que obliga al espectador a tener una posición activa en todo momento.

 

¿En qué otros proyectos estáis inmersos y cómo se ve en un futuro?

El próximo reto es estrenar en Barcelona el espectáculo que presentamos en Fira Tàrrega, El dia que va morir l‘últim panda. Es una distopía sobre el futuro de nuestra propia especie. La intención es que este espectáculo sea el primero de una trilogía sobre el tiempo que ponga el acento en el futuro, pasado y presente. Aparte de estos espectáculos de creación, tenemos ganas de seguir con Lorca en las relecturas de clásicos. Y también tenemos en mente organizar un festival que lleve el teatro a zonas no urbanas, precisamente estirando el concepto de slowtheatre y ofreciendo al espectador una experiencia teatral en medio de la naturaleza o de entornos rurales.

 

Dedicarse profesionalmente al teatro a menudo tiene dificultades y más si es una compañía con varios miembros. ¿Cómo conseguís ser sostenibles, vivir de la profesión y crear nuevos espectáculos?

Llegar al momento presente ha costado mucha terquedad por parte del colectivo. Una de las estrategias que nos ha hecho sostenibles es tener siempre varios espectáculos en cartel y gira. Esto lo hemos conseguido manteniendo un núcleo duro de actores fieles que repiten en varios espectáculos y que hace sencillo activar espectáculos antiguos, que quizás hace tiempo que no representamos. Sin ir más lejos, en 2021 representamos hasta 6 espectáculos diferentes. También hemos diversificado su actividad con experiencias de teatro comunitario. Todo ello hace que el grupo de actores tengan unos ingresos significativos, al año, provenientes de la compañía.

 

¿Qué ha supuesto ganar el Premi BBVA de Teatre para su compañía?

Hacemos un tipo de teatro poco compatible con premios, la mayoría de ellos de voto popular. Este premio, de la mano de un jurado especializado, nos hizo muy felices, nos sentimos mirados y percibimos un reconocimiento hacia nuestro trabajo. Esto es más importante de lo que parece. Además, la posibilidad de realizar una gira subvencionada nos ha permitido llevar la pieza a teatros donde nunca hubiéramos ido a parar, porque las lógicas de mercado también funcionan en nuestro sector.