Entrevista a Joana Serret i Fabra, Bibliotecaria con más de 40 años al frente de la Biblioteca Sebastià Juan Arbó de Amposta

Joana Serret i Fabra (Amposta) lleva toda una vida entre libros y cultura. Bibliotecaria de profesión, ha ejercido más de 40 años al frente de la Biblioteca Sebastià Juan Arbó de Amposta, que acogió recientemente una de las conversaciones del Ciclo Leer con Valores, en que participan autores galardonados con el Premio BBVA San Joan de literatura catalana, psicólogas y los clubes de lectura. Una actividad que organiza la Fundació Antigues Caixes Catalanes, con el apoyo de BBVA en bibliotecas públicas de Cataluña.

 

“La Biblioteca es un espacio sensible. Yo no puedo concebir el trabajo de bibliotecaria de una manera “mecánica”. Estamos en contacto con las fragilidades y las necesidades más humanas.”

 

Más de 40 años dan mucho para ver y vivir. Seguro que la biblioteca Sebastià Juan Arbó de Amposta ha cambiado mucho desde sus inicios hasta ahora y ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos.

La biblioteca comarcal Sebastià Juan Arbó d’Amposta se inauguró en el año 1995, en la zona del Castillo. Antes yo había estado llevando la biblioteca durante 20 años al segundo piso del Ayuntamiento de Amposta. A finales de los años 70 todo era manual: catalogación, préstamo, etc. Por no tener, no había ni fotocopiadoras, ni impresoras. O sea, que LA ESPASA CALPE, una enorme enciclopedia, que daba respuesta a todo, era el internet de aquel tiempo. 

Aun así, la gente recuerda la biblioteca muy entrañable. Era una sala pequeña, donde niños y mayores estaban prácticamente juntos. Guardo muy buen recuerdo. Como yo siempre digo, la biblioteca ERA UN REFUGIO para los usuarios y para mí misma ya que teníamos un contacto muy directo y nos ayudábamos mutuamente. Me daban tiempo para buscar todo lo que me pedían. Todo estaba en la cabeza y tocaba pasar muchas páginas.

No se hacían actividades, pero durante 18 años llevé a cabo un concurso literario para Sant Jordi, y otro de Muestra Pictórica en Navidades. Todos los niños recibían un libro y en Sant Jordi un vale para canjear por libros en la librería.

Pasar a la Comarcal Sebastià Juan Arbó significó pasar a la informatización, a empezar hacer alguna que otra actividad, hasta llegar a los tiempos de ahora, en los que constantemente tenemos que reinventar.

 

Las bibliotecas han dado un salto muy importante en infraestructuras, servicios y tecnología. Son muy valoradas por el público que siguen siendo lugar de acceso a la cultura, el conocimiento y entretenimiento en cualquier circunstancia. ¿Cuáles son los retos actuales de las bibliotecas y cómo crees que serán en el futuro?

Desde hace algunos años, nos encontramos en una sociedad con profundos cambios sociales. La evolución de la tecnología, cambios de hábitos culturales, la diversidad de las fuentes para acceder a la información, la multiculturalidad, entre otros. Hay que dar una respuesta a todos estos modelos de vida y de relación nuevos.

Ahora mismo, nuestra biblioteca está en un momento de renovación integral de su edificio, a la vez que dotaremos de nuevos espacios para dar respuesta a las nuevas necesidades.

 

¿Cómo definirías la función actual de las bibliotecas de nuestro país? Pensamos en la catalogación, el préstamo y gestión de libros, pero también llevan a cabo actividades para los más pequeños, exposiciones, jornadas, y clubes de lectura, que fomentan la lectura pero también dinamizan culturalmente la zona donde se encuentran.

Antes la biblioteca era “El punto de encuentro”, además del principal centro cultural en todos los pueblos. Ahora hay otros equipamientos culturales y de ocio, con los que hacemos red. En muchas ocasiones trabajamos conjuntamente. De todas maneras, sigue desempeñando un papel muy importante. Es un espacio de acogida de los recién llegados que pueden expresarse en su lengua; es un espacio de divulgación de temas sociales, médicos, naturales, etc. La biblioteca está en constante cambio.

Fuimos pioneros en nuestras tierras en poner en marcha el Club de Lectura Café-Tertulia, en el 2004, siempre con una gran afluencia de tertulianas y tertulianos. Las personas necesitan más que nunca ese contacto estrecho para poder hablar de una lectura, en la que cada uno puede aportar su visión, a veces diferente al otro, según las vivencias que cada uno ha vivido. Es muy enriquecedor, a la vez que suelen ser personas muy participativas en las diferentes actividades culturales de la biblioteca.

Programas como Leer con valores o Leer los clásicos nos refuerza el papel de los conductores de los clubes, ya que vienen los autores y otros conocedores de la obra. Son muy interesantes y necesarios para seguir dando vida a los encuentros.

Pero lo más remarcable de nuestra biblioteca son Las Jornadas de las Lletres Ebrenques, que después de 17 años, son conocidas por muchos lugares de nuestro país y de más allá.

Es un encuentro familiar. Muchos esperan esta cita anual para reencontrarse y hacer intercambio de muchas experiencias. Lo que comenzó en el año 2006 con una simple charla de la problemática que se encontraban los autores/as estadounidenses, se ha convertido en una Jornada de toda una semana, en la que todo el mundo quiere participar.

 

Desde muy joven has vivido rodeada de libros. Dicen que los libros nos hacen más conocedores, más reflexivos, mejor personas… pero ¿cómo crear hábitos de lectura de libros, revistas, diarios, y que perduren a lo largo de los años, lejos de las lecturas efímeras que ofrecen hoy en día la virtualidad y las redes sociales?

La Biblioteca es un espacio sensible. Yo no puedo concebir el trabajo de bibliotecaria de una manera “mecánica”. Estamos en contacto con las fragilidades y las necesidades más humanas. Cuando te piden que los aconsejes sobre un libro, te están confesando sus anhelos. Y, al pasar el tiempo, tú aprendes a saber qué necesitan. Creas muchas complicidades con los usuarios.

Es una tarea de hormiguita, sin darnos cuenta. Empatizamos con los perfiles y les ofrecemos lo que creemos mejor.

Actualmente, estamos trabajando para todo tipo de públicos, y todavía es más fácil, por la variedad de colecciones que trabajamos: lectura fácil, letra de más tamaño, audiolibros, libros inclusivos, libros en diferentes idiomas.

El 21 de febrero, Día Internacional de la Lengua Materna, trabajamos para los recién llegados. Hacemos una gran fiesta con lecturas en su lengua, merienda típica de algún país… y que se den cuenta de que estamos a su lado.

 

Hace unos meses recibiste el 10º Premio Lo Grifonet que da Òmnium Cultural a Les Terres de l’Ebre, que reconoce la trayectoria cultural de una persona en su contribución a la vida cultural y social de Les Terres de l’Ebre.

¿Qué ha significado recibir este reconocimiento?

Me sorprendió muchísimo, y lo digo, tal como es, porque no me veía merecedora. Si me premiaron por querer muchísimo mi trabajo, estar al lado del que me pide hacer uno de tantos eventos culturales, y estar con tanta ilusión como el primer día, entonces quizás sí.

Siempre digo que la alegría, la pasión, la ilusión y a veces un poco de fantasía, es lo que me ha hecho sentir tan bien en “mi biblioteca”.