La escritora y docente catalana, Aida Sunyol Sánchez (Cardedeu, 1990), ha sido la ganadora del 45º Premio BBVA Sant Joan de literatura catalana con su primera novela Mercromina. Un libro que presenta un universo coral, urbano y cacofónico de rupturas, soledades y reencuentros inesperados de personajes instalados en el hedonismo y la inestabilidad afectiva permanente.
La obra, que será publicada por Edicions 62, se presentará el 22 de septiembre en La Setmana del Llibre en Català.
El Premio BBVA Sant Joan está convocado por la Fundació Antigues Caixes Catalanes (FACC) con el apoyo de BBVA, y mantiene viva desde sus inicios la finalidad de fomentar la escritura así como la lectura en lengua catalana.
“Las relaciones que retrato están marcadas por la angustia colectiva característica del momento actual”
El jurado la declaró ganadora entre 99 originales por ser “una obra coral y urbana, bien construida, escrita con nervio, ritmo e inteligencia narrativa, que trata las relaciones 2.0 entre personajes jóvenes, con sentido del humor, visión rompedora, desenfadada e iconoclasta de la realidad actual”. ¿Estás de acuerdo? ¿Qué destacarías de tu novela y por qué crees que cautivó al jurado del Premio?
Sí, creo que el jurado captó muy bien la esencia de la novela con esta frase. Quizás yo no hablaría de relaciones 2.0 sino de costumbrismo urbano contemporáneo, en el sentido de que las relaciones que retrato están marcadas por la angustia colectiva característica del momento actual. De Mercromina destacaría el humor, que es un elemento muy presente en mis textos. Me propuse explorar las tensiones, las neurosis y los desencantos cotidianos con ironía, ritmo y rompiendo algunos tabúes, que creo que es lo que ha gustado de la novela.
Tu libro se titula Mercromina. ¿Qué papel juega en la obra este producto que se usaba para curar heridas? ¿Y por qué unos personajes que nadan dentro de un cóctel combinado de relaciones sexuales o amorosas excéntricas e inestables? ¿Has querido reflejar cómo se relaciona una parte de nuestra sociedad actual o a una generación concreta de jóvenes que han pasado, como tú, el umbral de los 30? ¿Qué peso tienen las tecnologías y la movilidad en las relaciones que describes?
Mercromina es, precisamente, el título de la primera novela de uno de los personajes del libro, que habla de su adolescencia. Hace referencia a las heridas de poca profundidad que típicamente se curaban con este producto farmacéutico, que parecían mucho más aparatosas de lo que eran gracias al característico color rojo. Es lo que pasa con las heridas emocionales de toda esta serie de personajes: en realidad son simplemente rasguños que se pueden curar, metafóricamente, con un antiséptico.
He querido hablar de relaciones marcadas por un anhelo de conexión, de encontrar un lugar en el mundo. Hay un componente ciertamente generacional por el tipo de vínculos, por la inestabilidad fluida, por el uso del desplazamiento como huida y por el papel que tienen las interfaces digitales. Pero también encuentro elementos más universales, como las dificultades para comunicarse genuinamente.
¿Cuál fue el proceso de creación de estas historias ambientadas en Barcelona, llenas de personajes muy diversos, hasta convertirse en una novela fresca, sin tabúes?
La novela surgió a partir de una colección de relatos, donde ya aparecían muchos de los personajes principales de Mercromina. Me di cuenta de que algunos de estos relatos trataban las relaciones bajo una misma óptica, formaban parte de un universo común, y me propuse entrelazarlos para tejer una historia. La multiplicidad de personajes, los paralelismos entre ellos y la yuxtaposición de los diferentes puntos de vista son un vestigio de este origen y confieren un ritmo particular al texto. Caótico, en cierto modo, pero que funciona muy bien cuando se lee como historia coral.
Eres licenciada en Biotecnología por la Universitat Autònoma de Barcelona, has trabajado en el ámbito de la regulación de productos de consumo en Bruselas y en Barcelona, y actualmente, impartes Biología y Geología en secundaria. No obstante, has publicado relatos en las recopilaciones de erótica feminista Sexe Fora de Norma, en el digital Núvol, y has hecho colaboraciones en la revista Ventall Oracle 3000: Crònica d’un futur. ¿De dónde te viene esta pasión por escribir y el humor y la ironía con que lo haces?
Siempre me ha gustado escribir, ya lo hacía de adolescente, aunque durante muchos años lo tuve aparcado. A raíz de la pandemia y de diversos cambios vitales me volví a poner y empecé a publicar algunos relatos. En cuanto al humor, es una perspectiva que tomo de manera natural y voy perfeccionando, ya que da muchas posibilidades de juego. Bebo de la literatura humorística, que es muy potente, y también del humor en otros medios como el stand-up, el humor gráfico o el audiovisual.
¿Qué te ha representado haber ganado el Premio BBVA Sant Joan, uno de los premios literarios de más prestigio y mejor dotados de las letras catalanas, y haberlo hecho con la primera novela que escribes? ¿Te lo esperabas?
Confiaba en el texto, pero no me esperaba ganar un premio de tanto renombre con mi primera novela. Ha sido un orgullo enorme y me ha hecho reafirmarme en mi voluntad de dedicarme a la literatura.